“No hay mayor poder en el mundo que el entusiasmo de una mujer posmenopáusica”. Esta cita de la antropóloga y escritora Margaret Mead refleja lo empoderadora que puede ser la menopausia para las mujeres. Es una experiencia universal de entrar en el próximo capítulo de la vida compartido por todas las mujeres a lo largo de la historia. Sin embargo, la sociedad se centra con demasiada frecuencia en las dificultades de la menopausia, en lugar de centrarse en ella como un hito que aporta una nueva fase de confianza y liderazgo en muchas culturas de todo el mundo.
El resultado es la persistencia de muchos mitos y conceptos erróneos sobre la menopausia, lo que lleva a las mujeres y las personas que las rodean a asumir la tarea de separar los hechos de la ficción para comprender esta transición de la vida. Estos son cinco de los mitos más persistentes que rodean a la menopausia, con hechos para poder ver la versión real.
Mito n.º 1: La menopausia comienza cuando una mujer deja de tener su período menstrual
La menopausia es el final permanente de los períodos menstruales y, por tanto, de la fertilidad. La menopausia se diagnostica cuando una mujer no ha tenido períodos menstruales durante un año. Muchos de los síntomas que las personas suelen asociar con la menopausia se producen en realidad durante la perimenopausia (también llamada transición menopáusica), que se refiere a varios años antes y al año posterior al último período menstrual. El número de años de perimenopausia que preceden al último período menstrual varía enormemente. Durante la perimenopausia, los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan ampliamente. Se cree que estas fluctuaciones causan los síntomas menopáusicos que experimentan muchas mujeres en su cuarta década de la vida. Después de la transición menopáusica, que dura cuatro años en promedio, las mujeres entran en la fase posmenopáusica, que se refiere al tiempo después del último período menstrual.
En Estados Unidos, la edad promedio de la menopausia es de aproximadamente 50 a 51 años. Sin embargo, no es inusual que la menopausia se produzca en mujeres de 45 o de 55 años o más. La menopausia se considera prematura cuando se produce antes de los 40 años de edad. La menopausia prematura también se denomina insuficiencia ovárica prematura o insuficiencia ovárica primaria.
Mito n.º 2: Los sofocos son el único síntoma de la menopausia
La mayoría de los síntomas se producen durante la perimenopausia y en las primeras fases de la posmenopausia, y alrededor del 75 % de las mujeres experimentan sofocos; a algunas mujeres les gusta referirse a ellos como “sobrecarga de energía”. Durante un sofoco, el centro de regulación de temperatura del cerebro no funciona correctamente, lo que hace que los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel se dilaten, aumentando el flujo sanguíneo. El resultado es que las mujeres tendrán calor, y es posible que transpiren mucho. Otro síntoma común es la dificultad para dormir, que puede ocurrir cuando un sofoco hace que las mujeres se despierten durante la noche. Las mujeres también pueden experimentar problemas de sueño incluso cuando no tienen un sofoco. Otros síntomas incluyen cambios en el estado de ánimo o sensaciones de olvidos. Para muchas mujeres, puede ser útil observar las experiencias que su madre y sus hermanas tuvieron para comprender mejor lo que pueden esperar a medida que se acercan a la perimenopausia. Algunas mujeres pueden notar sequedad vaginal o dolor durante las relaciones sexuales.
Mito n.º 3: La menopausia provoca una disminución del deseo sexual
Muchas mujeres experimentan una disminución de la libido a medida que envejecen, pero es complejo definir qué es un deseo sexual normal y qué factores tienen mayor impacto en el deseo sexual. La investigación no ha proporcionado conclusiones definitivas sobre si la edad o los cambios hormonales son los contribuyentes más importantes. Además, otros síntomas de la menopausia, como cambios de humor, trastornos del sueño o sequedad vaginal, pueden afectar la función sexual. Para muchas mujeres, cuando se tratan estos problemas, la función sexual también mejora.
Mito n.º 4: No se puede tratar
A pesar de cómo se suele describir o comentar, la menopausia no es una enfermedad, sino un proceso natural. Sin embargo, hay medidas que las mujeres pueden tomar para aliviar algunos de los síntomas de la menopausia, comenzando por mantener prácticas de sueño saludables, adaptar la ropa y la temperatura ambiente para mantenerse más frescas y controlar el estrés. Además de los cambios en el estilo de vida, existen terapias no hormonales y dispositivos para disminuir la temperatura que pueden ayudar. Para la sequedad vaginal, los lubricantes y los humectantes vaginales son muy útiles. Los medicamentos también pueden proporcionar alivio para los síntomas comunes de la menopausia. La hormonoterapia puede ser una forma eficaz de tratar síntomas como los sofocos y la sequedad vaginal, si los métodos no hormonales no han tenido éxito.
A medida que las mujeres se acercan a los 45 años o comienzan a experimentar irregularidades menstruales o síntomas menopáusicos, es importante tener una conversación con un profesional sanitario sobre qué esperar y cómo tratar los síntomas. Los médicos de atención primaria y los ginecólogos con conocimientos sobre la menopausia son el mejor lugar para empezar. Si los síntomas son graves y difíciles de tratar o si hay otras inquietudes médicas como diabetes, antecedentes familiares de cáncer de mama o cefaleas migrañosas, la mujer posiblemente necesite un médico que se especialice en la menopausia.
Mito n.º 5: No tiene beneficios
Como señala Margaret Mead, la vida postmenopáusica tiene importantes ventajas. Muchas mujeres se sienten liberadas por no tener que pensar en la prevención del embarazo y por el final de los períodos menstruales. Muchas mujeres también descubren que los síntomas premenstruales como la distensión abdominal, las cefaleas migrañosas y los cambios premenstruales del estado de ánimo se reducen significativamente una vez que alcanzan la posmenopausia.
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